La liberación de la curación comunitaria

“Dicho esto, Jesús gritó a gran voz: '¡Lázaro, sal!' El muerto salió, con las manos y los pies envueltos en lienzos y un paño alrededor de la cara. Jesús les dijo: “Quitenle el sudario y déjenlo ir”. Juan 11:42-44

“La comunidad es el regalo que nos recuerda que la curación no tiene que ser por nuestra cuenta. Cumple la prescripción de recordarnos que no estamos solos”. Reverenda Sheila P. Spencer

Uno de los descubrimientos sorprendentes de las Escrituras es que puedes leer el mismo pasaje una y otra vez y aun así recibir una nueva perspectiva. Esto me sucedió recientemente cuando mi pastor predicó la conocida historia de Lázaro. Lázaro, hermano de María y Marta, enfermó y el mensaje llegó a Jesús. Se quedó donde estaba dos días más antes de ir a Betania. Cuando llegó, Lázaro estaba muerto y su cuerpo estuvo en un sepulcro por varios días. Jesús les pidió que quitaran la piedra. Habló con Dios y luego llamó a Lázaro para que saliera y él lo hizo, todavía envuelto con las tiras de lino y tela alrededor de su rostro.

Fue la siguiente parte del pasaje la que resonó de una manera nueva en mí:

Jesús les dijo: “Quiten los sudarios y déjenlo ir”.

La comunidad fue llamada a participar en la realización del milagro desenvolviendo lo que lo ataba. Lázaro estaba vivo, pero aún necesitaba que la comunidad le quitara las tiras para poder ser completamente libre. Jesús introdujo a la comunidad en el proceso de curación. Hay curación en la comunidad.

“La comunidad es el regalo que nos recuerda que la curación no tiene que ser por nuestra cuenta. Cumple la prescripción de recordarnos que no estamos solos”. Sheila P Spencer (Yo-sonrisa)

Anne Lamott dice: “Si tienes suerte, encuentras tu camino hacia una comunidad espiritual y comienzas a encontrar grandes maestros de todas las épocas que dijeron lo mismo. Sólo hay amor."

Esto me recuerda que la sensación de apoyo, conexión y experiencias compartidas dentro de una comunidad pueden contribuir significativamente al proceso de curación de un individuo.

Piense en el proceso de desenvolver a Lázaro y quitarle el sudario; fue íntimo quitar con cuidado las tiras de lino envueltas alrededor de su cuerpo. Tuvieron que tocarse, conectarse y trabajar juntos con cuidado para que él pudiera ser libre. Jesús fue el hacedor de milagros, pero conocía el milagro de la comunidad y cómo trabajamos juntos para la curación de los demás.

Desenvuelve la curación llamando a alguien, envíale una nota o un mensaje de texto, regálale una taza de café, hornéale algo especial, sal a caminar y mucho más.

Hay un don en la curación. Jesús realizó el milagro de devolverle la vida a Lázaro, pero llamó a la comunidad a completar el proceso desenvolviendo lo que lo tenía atado.

Hay curación en la comunidad... Considere las diferentes formas en que el apoyo comunitario puede impactar positivamente su viaje de curación.

Jesús ya ha hecho un milagro, ahora tenemos que quitarles los sudarios a nuestros hermanos y dejarlos ir y ser libres.